Dulces Días Muertos
Malas ideas
Todos y
el mundo,
se encaprichan
con titulares
inútiles
de supersticiosa
prosperidad.
Con repetitivos
días
que comparten
falsa
compasión
con absurdas
historias
llenas de
negligente
retribución.
Por esa razón
el hombre
decidió
morir y
no sé porque,
pero
me le quiero
unir.
Unirme a la
placentera caricia
que suaviza
las malogradas
perspectivas.
Como un último
suspiro
aliviador
que entiende y
comprende.
E incondicional
como solo
el fracaso
reconoce.
Animales heridos
Mi alma modificada
respira y
transpira
mis ya incontables
vidas
desperdiciadas.
Como las sobras
menospreciadas
en la incomprensible
indiferencia
del abstraído
Dios
misericordioso.
Aun así
persisto
ante mis viejos
fantasmas que
claudican
con traiciones y
fallidas
confabulaciones.
Pero me niego
a perderme
en la densa
neblina de invierno
y me sereno.
Pues soy un
naufrago
atemporal
pero oportuno,
como
los despreciables
finales
de mis ficciones.
Como el sabor
de la herida
cruda
que nunca termina,
Supurando mal olor
Trabajo y
familia,
mis invaluables
insignias y
corrompidas
excusas.
Como un último
fallido
intento,
los recuerdo
sanos y
aun completos.
Mientras,
la vacilación hace
de lo suyo
mío
con tensión e
indecisión,
con temblor y
sudor,
respiración y
transpiración.
Aun así,
se suman y
reproducen,
las malas ideas
y la
inalcanzable
desesperación
retribuyen mi
débil y
desgastada
convicción.
Autodestrucción
Y es que el filo
de la navaja es
inmenso,
purificador,
reconfortable e
inesperadamente
reconciliador.
Pues el
asqueado
ducto
de escape
es también
el final
de
mi ultimo
sueño
interminable.
Como una musa
imaginaria
sobreviviendo a su
atormentado
corazón.
Así
celebramos
los restos
despedazados
de nuestra
violada
y descuidada
nostalgia.
Y ya que
el simpático ermitaño
se suicido,
termino con estas
lagrimas
que me ahogan y
desarman
mi última y
ansiada
redención.
Intento de poesía numero ciento tres…
Let It Lose – Déjate perder
La canción de hoy es una de mis preferidas de los Rolling Stones, apropósito del disco que últimamente estoy escuchando “Exile On Main St” del año de 1972, solo veinte años antes de nacer yo, y curiosamente la edad que tengo ahora mismo. Sé que son solo casualidades de la vida, pero que sin embargo me gusta mencionar, pues las casualidades por más desagradables que sean siempre son agradables. Dejando de lado las contradicciones, “Let It Lose” la conocí como muchos de mi generación – mentira – de la mano de “Goodfellas” o “Buenos Muchachos” de Martin Scorsese, un entrañable samurái del cine que tengo como incomprendido hermano mayor.
Un amor platónico mas para el Decapitado, Hilary Swank, mujer que cada vez que veo actuar me reconforta de manera muy sobrecogedora. Abajo la ya mencionada diosa de sonrisa eterna, pero como conejita.
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